A Dios se le considera de muchas maneras hoy día pero pocas como a Él le gusta que se le vea. Le ven como a un ser sumido en su santidad inaccesible. Como a un policía buscando a quién meter preso hoy, o como a un juez exigiendo el cumplimiento de su ley y dispuesto a condenar al primero que la infrinja. Otros le ven como a un anciano bonachón con barba larga y blanca, una gran sonrisa y una actitud permisiva. Pero pocos lo ven como realmente Él quiere que le vean. Él caminó la eternidad y descendió a nuestro planeta para decirnos que quiere ser nuestro amigo. Y la verdadera amistad no es pasiva sino activa. Se demuestra en acciones porque está asentada en el amor y el amor se demuestra en acciones no palabras.

Decir que amo a Dios y ni se me mueve un pelo ante la necesidad ajena es incongruente, dijo el apóstol Juan en su 1ª carta. La verdadera amistad, también se goza y se entristece en las cosas que le gustan y que le desagradan al amigo, y cuanto más amigo seas de Dios más te agradarán sus cosas y más desecharás lo que le ofende, ¿Verdad? No te engañes, si eres amigo de Dios debes caminar a su lado y dirigir tus pasos hacia el mismo rumbo, sino te estás engañando a ti mismo y ese es el colmo de la necedad. Muchos dicen tener a Dios a su lado cada día, pero no le tienen adentro, muchos dicen caminar con Dios cada día, pero… ¿Quién sigue a quién? Por sus frutos los conoceréis. Dijo Jesús. ¿Eres realmente amigo de Dios o sólo simpatizante? Cuidado, el infierno está lleno de ellos.

Examínate y abre tu corazón a su amor. Producirá una revolución de vida en ti que no podrás disimular.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

EN DIOS ENCUENTRAS EL AMIGO PERFECTO.