La Biblia pondera a los ancianos a un puesto de honor y de privilegio por encima de cualquier otra etapa. Textos como el de Proverbios 20:29 y tantos otros muestran a las claras que no importa que haya nieve en el tejado mientras siga un buen fuego adentro. Ese fuego está alimentado por leños endurecidos por el paso del tiempo que son lo que producen las mejores brasas. Lamentablemente nuestra sociedad, que está cada vez más patas arriba, opina todo lo contrario. Si tienes entre 18 y 30 años de edad tienes muchas opciones laborales, más de eso la cosa se complica. Si has pasado los “50” dedícate a malcriar a tus nietos y si no ahorraste y estás desempleado… Ni qué hablar si ya has pasado los “70”, más bien debes resignarte a transitar tu “etapa de retiro”. Nooooo, no es así. Hoy la juventud está en un lugar de privilegio, son ellos los que ocupan las vacantes de trabajo, los que cautivan con sus talentos la atención de millones al pasearse por la pantalla de nuestros televisores en los estadios deportivos y pasarelas de fama. Parecería que hoy la vejez es un castigo. En otras épocas y en otras culturas no, al contrario, son respetados, venerados, consultados. Pero cada etapa es especial. Debemos tener la sabiduría necesaria para saber transitarlas y disfrutarlas a pleno. Hoy en día las personas se resisten al avance de los años y pretenden maquillar sus arrugas. Ignoran que detrás de cada arruga hay lecciones aprendidas que son un capital de vida invaluable. Dice la Biblia en Levítico 19:32 «Ante las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano. A tu Dios reverenciarás. Yo Soy el Eterno.” El día que un hombre cesa de hacer planes para su futuro ese mismo día comienza a ser un viejo, así tenga 40, 70 o 90. Un conocido psicólogo, después de un extenso estudio, concluyó: “Si la curva de eficiencia en un hombre está todavía en ascenso entre los 50-55 años, se puede esperar que siga subiendo hasta la ancianidad, pero si se halla en declive, seguirá descendiendo hasta que muera.

Pensamiento del día:

El día que un hombre cesa de hacer planes para su futuro ese mismo día comienza a ser un viejo.