Familia, carrera, sueños cumplidos y logros a nivel social parecen ser sinónimos de una vida con sentido y de un ser humano plenamente realizado. Pero en realidad estamos comenzando totalmente al revés si planteamos la búsqueda de la felicidad partiendo desde estos valores preconcebidos como únicos a alcanzar en la vida. En realidad, no depende de ti o de tus propios logros el verdadero propósito en la vida, sino de algo más grande, más sublime, que lo encontrarás solamente en Dios. Fuiste creado por Él y para Él y allí comienzan todas las respuestas de tu vida. Este tema de: “¿para qué estoy aquí en esta tierra?” ha intrigado a millones de personas a lo largo de la historia humana y ha  perturbado a tantos que han llegado hasta el suicidio por no encontrar  respuesta alguna a esta inquietante pregunta. Sucede que empezamos a buscar la respuesta desde el punto de partida errado: nosotros mismos. Desde chiquitos, los más grandes condicionan nuestra manera de pensar preguntándonos: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? O más adelante: ¿Qué vas a hacer con tu vida? ¿Cuáles son tus metas y sueños?… ¿Te das cuenta? Nos inculcan que en realidad todo depende de mí, cuando la verdad es que todo depende de Dios y de su voluntad para mi vida que es única, agradable y perfecta. No está tampoco en tu interior la respuesta a estos interrogantes. Sistemas de autoayuda son ineficaces al momento de proporcionar la verdadera paz de saber que voy en sentido correcto en este mundo. La razón simple es que tú no te creaste a ti mismo, por lo tanto el propósito de tu existencia nunca lo encontrarás en ti sino más bien en Aquel que te creó y te conoce a la perfección. El Salmo 100:3 invita a reconocer que Jehová es Dios, Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos y es en ese reconocimiento que se alumbra toda tu existencia y la vida empieza a tener sentido. Reconoce a Dios en todos tus caminos, y Él hará derecho tu andar por este mundo.

PENSAMIENTO DEL DIA:

El propósito de tu existencia nunca lo encontrarás en ti mismo sino más bien en Aquel te creó.