La antigua ciudad de Éfeso, era una de las más famosas a comienzos del primer siglo en todo el mundo. Su templo de Diana era una de las 7 maravillas del mundo antiguo. Cuando el apóstol Pablo visitó Éfeso, la ciudad se enorgullecía. Pero estas glorias, hace mucho que se han desvanecido y sólo significan valor alguno para los arqueólogos. El templo de la diosa Diana de los efesios muestra hoy en día las secuelas de este dramático final que acompaña a todos aquellos que en otro tiempo fueron gloriosos. Todo lo que queda hoy del templo son fragmentos pequeños de una de sus columnas. Con respecto a este templo un antiguo escritor dijo: “He visto los jardines colgantes de Babilonia, el coloso de rodas, las inmensas pirámides, pero al ver el templo de Diana en Éfeso, todas las otras maravillas perdieron su esplendor.”  ¿Qué diría este escritor si viviera hoy y pudiera contemplar el templo de Éfeso? El apóstol Juan, en su primera carta capítulo 2:17 exclamó: “La gloria del mundo se pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.  Hoy somos impactados con los grandes imperios, los grandes avances tecnológicos, la conquista del espacio, la fusión de mega empresas que unifican capitales con cifras siderales, etc. Pero ¿algo de esto será eterno? ¿O seguirán el mismo dramático final de aquellos que en otros tiempos se jactaban ante la tierra y el cielo de ser prácticamente indestructibles? El emperador babilónico Nabucodonosor tuvo que aprender esta gran lección según nos narra el profeta Daniel en su libro capítulo 4:28-37. Al cabo de su dura disciplina por parte de Dios, este rey tuvo que confesar: “Todos los habitantes de la tierra son como nada, y Él hace según su voluntad en el ejército de los cielos, y en los habitantes de la tierra, y no hay nadie que detenga su mano y le pregunte: ¿Qué haces? Ahora, yo Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos, y Él puede humillar a los que andan con soberbia.”

PENSAMIENTO DEL DIA:

No te equivoques, lo único eterno es lo que cuenta en los registros del cielo.