Me gusta la palabra “intentaron” que aparece en el versículo 7. No hay nada de malo en intentar, planificar o probar algún método o en algún lugar de servicio, lo necio es luchar con Dios cuando vamos percibiendo que ese plan o lugar no es el más apropiado por lo menos para ese momento ante los planes del Altísimo. Lo bueno sería desistir sabiendo que los caminos de Dios no son nuestros caminos y sus pensamientos no son nuestros pensamientos. Aunque ante nuestra opinión la idea pareciera todo un éxito. Era muy tentador el panorama que se abría ante estos tres intrépidos misioneros: ¡Toda Asia ante sus ojos! Pero el Espíritu dijo: ¡No! En el versículo  9 Pablo recibe una visión donde ve un varón Macedonio que rogándole le dice: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. El Espíritu cierra una puerta acá y abre una puerta allá. ¡Cuán importante es avanzar sobre una revelación de Dios! El resultado de este sobrenatural movimiento misionero fue nada más y nada menos que la evangelización de toda Europa. Según lo continúa narrando Lucas en Hechos, los tres esperaron una nueva orden del Espíritu una vez instalados en aquella colonia. Después de algunos días la orden llegó, pero ya no en forma de visión sino a través de frutos de una reunión femenina a las orillas del río. Así dice el versículo 13. ¡Escuchen mujeres!, una iglesia surge como resultado de una reunión femenina, esto es alentador ¿verdad? Pero luego, la futura iglesia de Filipos es también fundada con el fruto de una reunión de alabanza en un calabozo. ¿Recuerdas al carcelero? Es que el obrar de Dios muchas veces es, ante nuestros conceptos o ideas preconcebidas, ilógico. ¡Qué emocionante! Entre la conversión de Lidia y la del carcelero, hay un tercer ingrediente que completa los sucesos de fundación de la iglesia. Una muchacha con espíritu de adivinación es liberada de su tormento y sus amos usan esto como pretexto para encarcelar, juzgar y castigar injusta e ilegalmente a Pablo y a Silas. ¿Nunca hubiera imaginado Pablo que un calabozo podría ser un púlpito escogido por Dios para anunciar el evangelio a esa comunidad romana?

Pensamiento del día:

Los métodos de Dios, ¡cuán distintos de los nuestros!