La historia del hombre y de la mujer comenzó en Turquía. ¿No lo sabías? Averígualo. Entre el río Éufrates y el Tigris existió el antiguo Edén descrito en la Biblia. Allí fue el hogar primigenio y puro de nuestros primeros padres, Adán y Eva. Ese lugar es perfectamente ubicado hoy dentro de los límites de aquel país. Un diluvio de proporciones catastróficas sepultó literalmente aquella región. Los geólogos conservadores admiten que ese sedimento fósil de más de siete mil años originó la formación de un líquido espeso, negro y mal oliente conocido hoy como petróleo. Está más que claro que las últimas guerras han sido y seguirán siendo por este “oro negro”, pues el ser humano ha tenido la “brillante idea” de montar todo su aparato industrial sobre este recurso no renovable. ¡Y se está acabando! De ahí las guerras. El libro de Apocalipsis dice que la última batalla de escala mundial será en el valle de Armagedón, justo sobre la cuarta reserva mundial de petróleo. Tal vez, para ese entonces sea uno de los últimos charcos de este combustible que quede y nadie querrá perdérselo. O sea que, si estuviste atento a mi argumento el final de esta era en la tan anunciada batalla de Armagedón será, nada más y nada menos,  que en el mismo lugar donde comenzó la civilización ¿Será que Dios tenía todo planeado cuando decidió sepultar allí el Edén? Obvio que sí. Él dijo: “Traeré a este mismo lugar a mis criaturas cuando todo  acabe”. El relato apocalíptico continúa diciendo que luego del final de esta era una nueva comenzará, justa, tranquila, gloriosa. Durará mil años. Como dice David en su Salmo “Dios se reirá de los hombres.”

No te rías más de Dios. Él tiene el control de los tiempos, edades, reinos, emperadores e imperios y quiere ser el Rey de tu vida para que aquel día no te sorprenda  como ladrón en la noche. Tal vez necesites hoy volver al lugar donde comenzó tu desvío y dejar a Dios tomarte de la mano para empezar una nueva etapa en tu corazón.

 

Pensamiento del día:

Solamente con Jesús experimentas un nuevo comienzo.