Has oído hasta el cansancio que lo esencial es invisible a los ojos. Que por andar apurados nos perdemos los detalles más importantes de nuestra vida, pero seguimos inmersos en esta vorágine de activismo, consumismo, compromisos y viajes. Lo triste de esta nefasta realidad es que nos damos cuenta tarde. Cuando nuestro cónyuge se fue de nuestro lado acusando falta de amor o cuando nuestros hijos crecieron con todo lo necesario para abrirse paso en esta sociedad (título, vehículo propio, cuenta bancaria), pero con su tanque emocional vacío. Hemos lanzado al mercado de la vida monstruos de cabeza grande y corazón vacío. Cuando una salud reducida y acabada nos recuerda que descuidamos hasta nuestro cuerpo y hoy se nos van grandes sumas de nuestros ahorros en medicina y tratamientos médicos. Con mucha razón alguien dijo que la vida es lo que pasa a nuestro lado mientras estamos ocupados haciendo “otras cosas.” Este tema de “las cosas” se aclara bastante cuando lo miramos bajo la lente de la Palabra de Dios. En el Génesis de nuestra existencia Dios presentó a Adán y a Eva, nuestros primeros padres, un Edén repleto de cosas hermosas para que disfruten, para que señoreen sobre ellas. Los peces del mar, las aves del cielo, las bestias que se arrasan sobre la tierra, todo lo creado fue dado para que sirvieran como sustento del ser humano. Poco a poco, nuestra raza se ha encargado de invertir este plan divino. Hoy, somos nosotros los que vivimos para servir a las cosas. Hoy son ellas las que se enseñorean de nosotros. Vivimos para mantener la vivienda, para pagar las letras del coche y para cuidar a nuestras mascotas encerradas en el patio posterior de nuestras casas. Nuestra obstinada decisión de tomar el control de nuestras vidas nos ha transformado en esclavos de las cosas.

Necesitamos un cambio radical urgentemente, y  ese cambio se llama: Cristo. Él vivió entre nosotros para enseñarnos cómo ordenar nuestra escala de valores. Tuvo una vida muy ocupada, pero encontró tiempo para su familia, amigos, salud y, esencialmente, SU DIOS, SU PADRE. Estás a tiempo, cambia tu óptica con la asistencia de la Palabra de Dios y vive poniendo las prioridades correctas.

 

Pensamiento del día:

La vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes.