Los árboles se quiebran como palillos de dientes o vuelan hacia arriba, arrancados de la tierra. Techos enteros navegan a la deriva, automóviles dan volteretas como si fueran juguetes, paredes se derrumban y una montaña de agua salta desde la playa y sepulta la tierra. Un huracán corta y hace pedazos, y sólo los cimientos sólidos sobreviven a su furia incontrolable. Pero esos cimientos pueden usarse para la reconstrucción después de la tormenta. Para cualquier edificio, los cimientos son críticos. Deben ser lo suficientemente profundos y sólidos para soportar el peso del edificio y otras presiones. Las vidas son como los edificios, y la calidad de sus cimientos determinará la calidad del resto. Con demasiada frecuencia se usan materiales de calidad inferior y, cuando vienen las pruebas, la vida se desmorona. Tenemos cientos de historias en las páginas del relato bíblico que fueron probadas. Con una vida llena de prestigio, posesiones, y personas, de repente fueron asaltadas por todos lados, devastados, desmantelados hasta sus cimientos. Pero su vida estaba construida en Dios, y resistieron. Son historias de  hombres de Dios. Dramas interesantes sobre la riqueza perdida y luego recuperada, un tratado teológico acerca del sufrimiento y de la soberanía divina, y un ejemplo de fe que perdura. Analiza tu vida y revisa tus cimientos. Y quizás, cuando todo haya desaparecido y sólo quede Dios, podrás decir: «Él es suficiente».

Muchas veces se le permite  a Satanás probar a los hijos de Dios hasta situaciones límite. Es muy fácil pensar que tenemos todas las respuestas pero en realidad, sólo Dios sabe exactamente por qué las cosas suceden de un modo determinado, y debemos someternos a Él como nuestro Soberano.  Nada de lo que llegue a tu vida sucede sin el permiso de Dios. Pensar en esto te llena de una paz inconfundible.  Dice Pablo que no nos ha sobrevenido ninguna situación que humanamente hablando sea irresistible. Además el mismo Dios que te expone a pruebas te da la salida para permanecer de pie.

Pensamiento del día:

Revisa tus cimientos de vida. La tormenta puede asomar cuando menos lo imagines