Las cosas se deben hacer conforme a lo que Dios dice, no según mis intenciones o sentimientos, muchos de nosotros creemos que basado en el hecho de que: “siento que debo hacer esto”, justifica lo que emprendemos pero muchas veces no están de acuerdo con lo que Dios quiere que hagamos.

Lo que Dios espera de nosotros es la obediencia, hacer la obra según sus directrices. Podemos tener muy buenas intenciones en querer hacer algo como nos sentimos más cómodos o en hacer sentir cómodos a los demás, pero no nos fijamos en lo que siente Dios o quiere Dios. Todo lo que hagamos debe ser regido según los parámetros de Dios, sus métodos y sus tiempos. No le eches tus ingredientes a la receta de Dios. Tómate un café con Dios y sincroniza con Él tu agenda.

¿Haces todo como Dios quiere que hagas?