Existen decisiones que tomamos en nuestra vida que terminan siendo un lastre, un peso que nos asedia y no nos permite avanzar ni ser feliz. A veces Dios las deja allí para que aprendamos que debemos obedecer completamente y no a medias.

Creemos que podemos manejar ciertas áreas de nuestras vidas pero en realidad ante la presión y las tentaciones cedemos y mostramos cuán débil somos, cuánto necesitamos de Dios. No pienses que puedes solo, que puedes hacer las cosas a medias y que Dios no lo tomará en cuenta. Conversa con Dios sobre esto, junto a tu taza de café.

¿Estás provocando a ira a Dios? ¿La situación en la que estás es algo que Dios lo permitió por tu que no quieres escucharle?