Una de las características del necio es que niega la verdad de Dios, su poder y hasta su propia existencia. Un necio hace burlas de las cosas santas o hábitos piadosos; se ríe del que ora o lee su Biblia, le parece absurdo tener que esperar en Dios y le resta efectividad a la fe. Piensa que está bien en sus caminos y que no necesita a Dios para seguir con su vida; en definitiva, un necio cree él es el señor y dueño de su vida y el mundo.

Pero la Biblia enseña que el principio de la sabiduría es el temor a Dios, reconocerlo en todo momento de tu vida y andar según sus principios y verdades. Si las decisiones que estás tomando hoy en día son sólo según tu propia opinión, si vas por donde crees que es pertinente sin ver cómo afecta a los demás, si piensas que orar es perder el tiempo y le restas valor a la importancia de depender de Dios estás llenando el perfil de un necio. No caigas en esta categoría, tómate un café con Dios cada mañana y sé sabio.

¿Piensas que la oración no da resultados?
¿Crees que Dios no es relevante en tu vida?
¿A quién buscas primero al momento de tomar una decisión?