Siempre parece que la muerte de alguien es razón de tristeza y dolor, pero en un hijo de Dios es un motivo de gozo, no solamente por el hecho de que tenemos la confianza de que está disfrutando la eternidad con nuestro Padre Celestial, sino que es el fin de su carrera, llegó a la meta de su vida y se va con victoria.

Job murió viejo y lleno de días; esa debería ser nuestra meta. Algunos sufren y su caminar con Dios es solamente dolor y amargura porque no aprendieron a depender de Él ni a contentarse con su gracia.

Una vez alguien me dijo que la vida era como un viaje en tren; puedes pasar todo el viaje sufriendo por la duda y el miedo a que las vías se dañen o mires por la ventana y disfrutes del paisaje.

Yo creo que Job aprendió a disfrutar del paisaje, puedes hacer lo mismo disfruta de una taza de café y conversa con Dios sobre tu viaje  y verás que te llenará de felicidad.

¿Disfrutas de lo que Dios te da?
¿Sufres en tu vida?
¿Estás listo para irte de este mundo?